En 1972, unos 36 camaleones de Jackson se dirigieron desde su Kenia natal a la isla hawaiana de Oahu, con destino al comercio de mascotas.
Cuando llegaron a Hawai, los camaleones estaban un poco deteriorados, tras un largo y agotador viaje que habría comenzado días antes de que los embarcaran en el avión en Nairobi.
La historia cuenta que el dueño de una tienda de animales de Oahu, Robin Ventura, abrió la caja en su jardín para darles aire fresco y la oportunidad de recuperarse. Presumiblemente, subestimó la velocidad con la que los camaleones pueden moverse (y recuperarse), y se dispersaron rápidamente por los alrededores.
Esta población fundadora representó una invasión accidental, y posteriormente se convirtió en un experimento evolutivo no planificado. ¿Qué ocurre cuando se introduce en una isla prácticamente libre de depredadores un animal con un colorido despliegue social procedente de una población con muchos depredadores, aves y serpientes?
